Caymen Meyers aprendió de muy
pequeña que no se puede confiar en la gente rica. Y después de años
estudiándolos detrás de la caja registradora de la tienda de muñecas de
porcelana de su madre, nada le demuestra lo contrario. Un día Xander Spence
entra en la tienda. Es alto, guapo y extremadamente rico. A pesar de su encanto
y el hecho de que parezca ser la única persona que la comprende, Caymen sabe
que su interés por ella no va a durar. Porque esa es precisamente una de las
cosas que aprendió de su madre: la atención de los ricos se desvanece
rápidamente. Pero justo cuando la lealtad y el afecto de Xander están a punto
de convencerla de que ser rico no es un defecto, Caymen se da cuenta de que el
dinero jugaba un papel mucho más importante en su relación de lo que pensaba.
Con tantos obstáculos en su camino, ¿serán capaces de recorrer la distancia que
los separa?
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